MARGARITAS
El sacrificio de una flor
ante la duda de un amor,
me quiere, no me quiere
y mientras, la margarita padece.
Es mi flor preferida
desde que era niña.
Compañera de juegos
y confidente de secretos.
Florecían cerca del naranjo
altas, delgadas y bellas
y mis tardes en el campo,
al mirarlas, se volvían románticas.
Entrega su cuerpo al amor,
como hermosa y fiel amante,
a la enamorada que le pregunte
por lo que siente su amado.
Me quiere, no me quiere.
Ella, pétalo tras pétalo,
dulce e inteligente, responde.
Regálame margaritas
y sabré que me amarás
toda la vida.
Soledad Vallet
No hay comentarios:
Publicar un comentario